Llamó y solo vino ella.
 Y aquí
estamos nosotras, 
ella y yo
y la llamada aquella
que invocaba no sé qué subterfugios
qué perezas antiguas
qué encrucijadas en no sé qué caminos…
Vino.
La página  esperaba 
con soledades nuevas.
con soledades nuevas.
Vino.
Y allá quedó  guardada
en las sepias del viento,
aquella niña que buscando presencia
se encontró con la ausencia
de la que no sería.
Vino.
Llamó y solo vino ella:
A esta llamada página
a esta invocada esquina
 de palabras
baldías…

