Avío de luz; trasluz
sobre agua multiplicada
en horizontes, quiero.
Equilibrio en el agua:
chorro de pájaro
místico, inaccesible.
Equilibrio en la humareda
que galopa ahuyentada
por la música oscura
de un palacio fúnebre.
Avío, equilibrio:
reloj que detenga su episodio.
Viajero que fluya
por no sé qué mares íntimos.
De luces, aguas, fuegos y relojes. Los materiales de la vida, y del amor, medidos por el tiempo escaso de una vida. Isabel, me han gustado mucho las imágenes de este poema y también las fotos que lo acompañan. Un abrazo.
ResponderEliminarCalidad le sobra a tu poesía, Isabel. Es un gustazo leerte. Luis
ResponderEliminarToda esa nitidez y transparencia quiero yo también. Alentada por la música de tu poesía. Un placer siempre. Abrazos. Tanci
ResponderEliminar¡Qué buena eres, Isabel! Ha sido un regalo descubrir tu blog. Hace años que no nos vemos pero te reconozco en estos versos maravillosos. Te seguiré a partir de ahora. Elba
ResponderEliminarLo que se desea, lo que no se tiene. Lo que se tiene en la mirada pero no en las manos.
ResponderEliminarVerso a verso, ojo a ojo. A por el equilibrio.
Un saludo.
CDG
http://lashistoriasdenadie.wordpress.com
Me he llenado de serenidad al leer este estupendo poema, estimada tocaya.
ResponderEliminarEs muy hermoso, como todo lo que te leo.
Ha sido una gran fortuna encontrar a alguien que escribe como tú.
Miles de abrazos y gracias por esta hermosura.
Vengo del otro blog tuyo: Brevísimos latidos. Dejé allí una tarde preciosa y me encuentro en este otro un avío de luz en busca de equilibrio. ¡Me gusta como escribes!
ResponderEliminarAgua y luz es lo que necesito ahora mismo...el poema no puede describir mejor lo que siento.Pronto.
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