Existe la ventana
y un paisaje final
que persevera
en círculos diarios.
Existe el mar
y su luz deshaciéndose
en alientos de agua,
rompiéndose
en rituales estelas.
Existe el beso,
húmedo en plenitud,
ávido en las orillas.
Mar y ventana son:
beso en la boca.
Tanta besos, tantos.
ResponderEliminarComo olas y como el mar.
Mi abrazo, querida Isabel.
Alongándome a tu ventana me hallo para convertir ese mar en besos, abrazos y ternuras...casi a diario. Abrazos de mar.
ResponderEliminarEntre conceptos y realidades pasa la vida, con mar, ventana y besos. Bello poema que embriaga el alma.
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