Cuadro de Pío César Robla: Alegoría de la ausencia |
Todo
late en la ausencia:
cada palabra hueca,
cada gesto baldío,
cada gesto baldío,
cada máscara inútil,
cada silencio yermo,
cada silencio yermo,
cada sonrisa triste,
cada mano de pez.
cada mano de pez.
Cada mirada inerte,
cada espejo cubierto
-con hieles-
-con hieles-
tras los velos.
Todo late en la ausencia
que borró las palabras
de un contundente trazo:
las que se pronunciaron,
las que nunca dijimos,
aquellas que besamos
aquellas que besamos
y las que fueron dagas transitorias.
También aquéllas que quedaron
justo en la punta del olvido
Cierto, la ausencia puede ser un todo sin remisión.
ResponderEliminarAgustín
La ausencia tiene el poder de conservar mucho más de lo que vivimos.
ResponderEliminarBesos besos
A veces es extenuente ese latido que no lo es menos por imperceptible. Latidos de acá y hasta del mas allá. Latidos que nos envuelven perdiendo a veces la noción de la realidad. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLo que se queda en la punta del olvido debe parecerse al dolor, como un peñasco coronado de águilas negras. Poderosos versos Isabel. Un abrazo.
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