Agasaja la bruma al pueblo quieto.
Viene, queda y segura, susurrando
las palabras de amor que el pueblo sabe,
las caricias que arrima
su piel de agua.
Se queda en los secretos del aljibe,
al pie de las batallas,
como dormida y dulce,
contemplando
como la vida pasa y pasa
...y pasa
la bruma y entre los rescoldos del invierno
queda
prendida de las hebras de una manta.
Agasaja la bruma al pueblo quieto,
juguetona y graciosa al mediodía,
husmea el delantal de las abuelas
y se va
a toda prisa.
Mira mi soledad y en ella busca
a la niña que fui,
a la que era
sobre el paisaje antiguo
hace mil años.
Es precioso y me trae reminiscencia dulcemente infantiles.
ResponderEliminarEsas hebras delicadas que nos llevan a los paisajes de nuestros recuerdos.
Besos, Isabel.
Gracias Virgi, poeta amiga, es grato verte entre mis brumas. Cariños para ti.
EliminarGreat! I love it. Regards, Louise Marton
ResponderEliminarEste poema tuyo me agasaja. Me llena, me transporta a los sitios en dónde el paisaje no lo es sin su bruma. Bruma viajera a veces, bruma que cuelga, que se acerca.Me gustó ese ritmo juguetón que le has dado. Ese canto solidarioa nuestra bruma, convertidos aveces en brumones pero que hacen efectivas esas hebras de la manta. Ma gustó mucho Isabel. Vaya que sí.Gracias por compartir esa hermosa sensibilidad. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAgasajo el de tus palabras y el de la fidelidad de tu compañía por estos espacios. Gracias Tanci y un abrazo
Eliminar¡Precioso, Isabel!
ResponderEliminarMe llevas a la infancia y a esa sensación de "piel de agua" que tan bien describes.
Y a mi infancia y a la de los míos que tanto oí narrar.
Enhorabuena, poeta. Una delicia, tus versos.
Un abrazo cariñoso.
Me emociona que mis versos hayan surtido ese efecto en ti, Juglar. Gracias por tu generosidad en los comentarios. Me alegra verte por esta mi casa. Un abrazo
EliminarEse pueblo quieto que hace mil años era feliz, alegre, optimista a pesar de los pesares!! Me asombra cómo fuiste capaz de reflejarlo sin un ápice de bruma aunque hayas usado el vocablo.
ResponderEliminarGracias,, Isabel, por traerme al recuerdo la sonrisa amplia y gruesa de mi madre y la profundidad de su alma.
Iba a decirte simplemente "maravilloso", pero fue inevitable ampliar el telegrama.
Un abrazo
Gracias a ti, Begoña, por tu visita y por tus palabras. Un abrazo.
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