jueves, 13 de octubre de 2011

DÍA 41. HOGUERA


Eché al fuego las últimas recetas
sobre divagaciones, nieblas y otras tumbas.
Atrás quedaron todas,
bailando con la ausencia
y sus desvestidos amuletos.
Quemé el resto de las fórmulas
y me tendí en los extremos de las horas,
sin más unión que algún retrato.
Ahora habito a la sombra de un jardín
donde re-uso la memoria
en una exaltación de mariposa.

No emplacé este día en los almanaques.
Hasta él sólo me trajo la demanda de luz
: no hay más rehén, no hay más efecto





©Isabel Expósito Morales

De Isla Absoluta, 2005

5 comentarios:

  1. mmmmmm..si pudieramos vivir así la vida, sin más, sin hacernos preguntas, solamente pendiente de abrir los ojos!

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  2. Este poema habla muy bien, de forma muy hermosa, del fuego ancestral que quema todo para que sólo quede la voluntad de empezar de nuevo. Marisa

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  3. Sí efectivamente, porque rehusar significa casi todo lo contrario: no querer, no aceptar. Y (reusar) de volver a usar no existe (al menos eso creo), aunque debería. Entonces, re-usar: hacer uso del prefijo para acercarse al significado a través del significante. Saludos Álvaro

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  4. Hermoso poema y certero a la vez. El fuego quema pero también sana heridas.

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