Exiliados de las íntimas fórmulas,
limpios de heredades y herrumbres
marcharon
hacia un nuevo orden
contemplado en las aguas,
en busca del canto
de los pájaros
azules de fuego
para crepitar la única existencia
a la orilla
de algún mar en calma.
de Memorial de Agua I
Preciosa foto y todavía más precioso texto. Me quedo a la espera de encontrar ese mar calmo. ¿Alguna pista?
ResponderEliminarMe gustó leerte Isabel. Un saludo.
ResponderEliminarAnida en nosotros el deseo de encontrar sendas nuevas, luminosas, serenas.
ResponderEliminarEstamos en ello.
Un beso
Todos buscamos una orilla en calma.
ResponderEliminarMuy hondo, Isabel.
Un beso.
Yo encontré una orilla en calma, sin gente, perfecta para escuchar tu entrada narrada por una voz sugerente.
ResponderEliminarPrecioso memorial que supongo tendrá varias partes.
Igualmente bella la fotografía, un beso.
Son tiempos difíciles, Isabel. Imagino que sueñas con algún lugar, donde nada te recuerde a esto. Un cambio radical en manos de un manso mar. Suena muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hasta alli viajaremos todos. Y en la búsqueda de ese mar en calma que nos perpetúe como seres infinitos. Me transporta tu poesía. Un abrazo, amiga.
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