viernes, 27 de enero de 2012

ADIÓS



El día llega de rodillas,
corren las cuentas de alabastro
y suenan los himnos y las sirenas.
Pasan las horas de dos en dos.
Afuera gime el tiempo.
Adentro
sólo clama tu ausencia.
Después nos vamos
sin ti,
instalados aún en el agua
de tu mar que ya no tiembla.


8 comentarios:

  1. Es precioso Isabel, una despedida muy emotiva y llena de sentimiento.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura, Isabel, Tanci: El poema nació efectivamente como despedida a alguien muy querido. Hace ya tiempo de eso pero hay días en que las ausencias toman la casa, los pensamientos y hasta se cuelan por estos espacios, sin que yo pueda poner remedio. Un abrazo, fieles amigas.

      Eliminar
  2. Quiero creer que es un adiós al mar, al añorado mar, aunque también puedo interpretarlo como un adiós desde el mar a alguien muy querido, a alguien cuyas cenizas se esparcen en la inmensidad salada.
    En cualquier caso, muy bonito.
    Un abrazo, Isabel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura, Isabel, Tanci: El poema nació efectivamente como despedida a alguien muy querido. Hace ya tiempo de eso pero hay días en que las ausencias toman la casa, los pensamientos y hasta se cuelan por estos espacios, sin que yo pueda poner remedio. Un abrazo, fieles amigas.

      Eliminar
  3. Querida Isabel. Esas cuentas corren como en un rezo ante el paso inevitable de los años. Inevitable ese correr del tiempo. Y al igual que Isabel Martínez, tengo la impresión que puede ser un adiós de despedida pero con dulce recuerdo. Bello. Un abrazo, amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura, Isabel, Tanci: El poema nació efectivamente como despedida a alguien muy querido. Hace ya tiempo de eso pero hay días en que las ausencias toman la casa, los pensamientos y hasta se cuelan por estos espacios, sin que yo pueda poner remedio. Un abrazo, fieles amigas.

      Eliminar
  4. Triste y bello a un mismo tiempo

    ResponderEliminar
  5. Un poema sentido, triste, entrañable...
    Efectivamente, Isabel, las ausencias permanecen y se hacen presente, en cualquier momento, removiéndote de puertas adentro.
    Un cálido abrazo.

    ResponderEliminar